por la paz

el proceso de paz
conflicto armado
Desde el 27 de mayo de 1964, cuando se produce el primer combate entre el Ejército y los campesinos organizados en autodefensa en la colonia agrícola de Marquetalia, comienza la larga historia de 52 años continuos de enfrentamientos armados entre las guerrillas comandadas por Manuel Marulanda Vélez, que adoptaron el nombre de Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y las fuerzas armadas regulares del Estado colombiano.

Resulta imposible precisar hoy el número exacto de los combates librados, los cuales tomaron diversas formas como asaltos, emboscadas, golpes de mano, choques, combates a campo abierto y bombardeos aéreos o con artillería convencional o hechiza. A tales hechos habría que añadir las acciones armadas cumplidas por redes urbanas en distintas ciudades y poblaciones del país, así como los golpes propinados a las mismas por los organismos de seguridad del Estado.

Y desde luego, esos que casi nadie conoce, librados por guerrilleras o guerrilleras caídos en manos del enemigo y torturados inútilmente para arrancarles información. A todo lo anterior habría que agregar también los centenares de combates librados por las FARC contra los grupos paramilitares que las fuerzas armadas oficiales y sectores civiles reaccionarios promovieron en amplios sectores de la geografía nacional, incluidas las cárceles del país.

Quizás jamás se tenga un conocimiento preciso del número de bajas por muertes, heridas o capturas resultantes de la confrontación de más de medio siglo. Pero además también hacen parte de esta lista trágica los hombres y las mujeres de la población civil que terminaron siendo víctimas como consecuencia de la dinámica misma de la confrontación, o porque fueron convertidos en objetivo militar en virtud de la concepción de Seguridad Nacional o de Enemigo Interno con que las fuerzas armadas oficiales asumieron el conflicto.

A continuación reseñamos una buena parte de los partes militares de diversas acciones que quedaron registradas en los archivos de las FARC-EP.
desescalamiento
 La guerra que cumple 52 años fue iniciada en 1964 cuando el gobierno nacional decide ordenar la Operación Marquetalia que comienza el 18 de mayo. Desde mucho antes, enterados de lo que se les venía encima, las campesinos de la región habían dirigido cartas al gobierno de Colombia, el Parlamento, la opinión pública y diversas personalidades internacionales, con el fin de pedir que no se empleara la guerra contra ellos, sino que se recurriera al diálogo para evitar una nueva propagación de la violencia en el país. Sus peticiones se relacionaban con la atención económica y social para sus regiones.

Ese clamor desatendido puede considerarse como la primera muestra histórica de la voluntad de impedir el escalamiento del conflicto armado. Tras veinte años de confrontación, las FARC-EP y el gobierno de Belisario Betancur firmaron el documento conocido como Acuerdos de La Uribe que adoptó una fórmula de Cese el Fuego, Tregua y Paz para poner fin a la confrontación de dos décadas. Esa sería una segunda demostración de la voluntad de las FARC para poner fin al escalamiento del conflicto y concertar una paz definitiva para el país. La guerra sucia y el exterminio de la Unión Patriótica harían imposible la materialización de dichos Acuerdos, de manera tal que en los años siguientes, en busca de la ansiada paz, las FARC decretaron sucesivos ceses unilaterales de fuego.

Otra muestra de la voluntad permanente de las FARC por desescalar la confronta
cese al fuego
Finalmente el día 23 de junio de 2016 la mesa de conversaciones en La Habana, Cuba dio a conocer el Acuerdo sobre cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo y dejación de las armas entre el gobierno nacional y las FARC-EP.



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